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Un buen cocinero nunca te dirá que no puede realizar un plato porque le faltan ingredientes o cacerolas para llevarlo a cabo, ya que inmediatamente comenzará a evaluar sus recursos y cómo puede modificar la receta para cumplir con la petición.

Un género de la cocina que se ha visto beneficiado gracias a la perspicacia de excelentes chefs es la repostería.

Hasta los cocineros más experimentados saben que hacer un postre es casi como montar una fórmula química: las cantidades, ingredientes o el tiempo de cocción en el horno de microondas industrial debe ser prácticamente exacto, pues con un solo gramo de más podemos arruinar por completo el resultado final, con muy pocas opciones de salvarlo.

Sin embargo, las herramientas actuales nos pueden ayudar en tener un mejor control en la cocina para crear las condiciones necesarias para que nuestros postres salgan excelentes.

Y es que la complejidad de los postres no solo se da en la preparación sino en el sabor final. Casi siempre probamos platillos completamente azucarados, como si la clave para buen un postre fuera el sabor dulce.

Al igual que con otros platillos no se trata de enfocarse en un solo sabor sino en complementar los ingredientes para crear una fusión que agrade al paladar.

Un mal postre puede arruinar todo un servicio, pero un plato exitoso puede ser tan popular que lo haga icónico, no solo al plato en sí, sino también al restaurante que lo tiene dentro de su menú.

Si dentro de tu cocina cuentas con horno de microondas industrial tal vez tengas la oportunidad de comenzar una línea de postres especiales para cerrar con broche de oro la comida de tus clientes, o si aún no tienes definida la idea central de tu negocio gastronómico quizás esta lista te ayude a encontrar un poco de inspiración.

Elegimos algunos de los postres más icónicos en diversas partes del mundo para mostrar la gran diversidad que forman los sabores de la pastelería internacional.

• Strudel de Manzana. La combinación de la masa de hojaldre con manzana se ha vuelto una de las más famosas alrededor del mundo.  Es originario de Alemania y Austria, lugares en los que  se conoce como Apfelstrudel. Quizás la perfección de este postre reside no solo en la pericia de los cocineros sino en que la receta es la combinación de culturas muy diversas que se asentaron en Europa: turcos, armenios y algunos elementos bizantinos. Aunque este platillo se puede encontrar en los restaurantes más lujosos, en el principio era un alimento para las personas menos favorecidas. La mejor manera de servir un Strudel de manzana es cuando recién sale del horno de microondas industrial, y se presenta con un poco de azúcar glas sobre la corteza.

• Tarta Sacher. Un menú de postres sin pastel de chocolate parece incompleto, sin embargo, se necesita ser lo suficientemente arriesgado y original para poder presentar un platillo único y no el clásico pastel. Si hablamos de pasteles únicos, sin duda la Tarta Sacher se lleva los primeros lugares. Generalmente se compone de capas de bizcocho chocolatado que son separados con mermelada de albaricoque, dándole unos toques de amargura para nivelar el azúcar presente en el bizcocho. Finalmente se decora con una capa de chocolate amargo y se sirve con crema chantilly. Algunos cocineros le agregan un poco de hierbabuena para complementar las combinaciones de sabores con un toque de frescura. Este postre es uno de los más antiguos, pues comenzó a comercializarse a mitades del siglo XIX. La clave es cuidar el tiempo de cocción en el horno de microondas industrial para no sobrecalentar el bizcocho.

• Alfajores. La gastronomía argentina no solo destaca por su habilidad para crear platos especiales con cortes de carne, sino también por este sencillo pero emblemático postre. Los orígenes del alfajor se pueden encontrar en Andalucía, una ciudad con una gran influencia de culturas europeas y arábicas. Se constituye de dos galletas rellenas de dulce de leche y en algunas variaciones se cubren con chocolate amargo. La consistencia al morderlo es muy parecida al del mazapán. El alfajor puede ser una excelente opción si no te interesa tener una barra de postres demasiado compleja pero que te permita ofrecer estos pequeños platillos estrella para finalizar la comida.

• Tiramisú. Procedente de Italia nos llega otro de los postres más populares e imitados. Actualmente podemos encontrar varios artículos consumibles que pretenden emular el sabor del tiramisú, sin embargo, el original es más parecido a un pastelillo que se sirve frío. Lo mejor de todo es que la receta es sumamente adaptable a las inclinaciones particulares del cocinero, pero generalmente contiene lo siguiente: capas de bizcocho, queso dulce, café amaretto, nata montada y polvo de cacao o canela. Su popularidad fue casi inmediata, y desde los años 50 nos ha estado acompañando ya sea como cierre de la comida o como un postre que podemos comer individualmente.

La recomendación final que podemos hacerte es que si te decides por alguno de estos postres busques la manera de darle tu propio toque. Si bien la repostería puede parecer ciencia exacta siempre hay un espacio para la improvisación.

Eso sí, antes de servirla al comensal prueba las innovaciones que le hagas a la receta original y de esta manera podrás garantizar su buen sabor. Otra alternativa es agregarle un ingrediente que sea típico de la zona en donde se encuentre tu restaurante, de esta manera lo estarás volviendo tuyo.

Esperamos que hayas disfrutado de este artículo y te invitamos a seguir visitándonos.

¡Hasta la próxima!